Cuando pensamos en las Rías Baixas nos vienen a la mente casi de inmediato sus islas.
No es para menos, el Parque Nacional de Illas Atlánticas, que comprende los
archipiélagos de Cíes, Sálvora, Ons y Cortegada, son un enclave paradisíaco. Pero eso
no es todo, su secreto mejor guardado es la Isla de Tambo.
¿Has oído hablar de ella? Si esta es la primera noticia que tienes, debes saber que te
pierdes un lugar lleno de historia. Piratas, un monasterio, militares e incluso su propia
leyenda… La Isla de Tambo será pequeña, pero puede ofrecerte un abanico inmenso
de aspectos que descubrir en un lugar ideal.
¿Te apetece saber más sobre la historia de Isla de Tambo o todo lo que puedes ver en
ella? Embárcate con nosotros porque empezamos.
La isla de Tambo: algo de historia
Es complicado establecer el primer momento en el que existió algún tipo de
asentamiento en la Isla de Tambo. Lo que sí que está muy claro es que se remonta
mucho tiempo atrás. Hace poco se ha descubierto un castro que todavía hay que
excavar, pero que ya da muchas pistas para establecer su origen dentro de la Edad del
Hierro. Y eso que ya existe un yacimiento anterior, de la Edad del Bronce, así que
realmente ya se sabe que Tambo ha estado habitada hace miles de años.
Más allá de algunas leyendas que nos hablan de que allí se erigió un templo en honor a
Neptuno o un altar al dios pagano Tomeóbrigo, sí que está más que demostrado que
en el siglo VI después de Cristo, San Martín Dumiense fundó una pequeña ermita que
un siglo más tarde se convertiría en monasterio tras la intervención de San Fructuoso.
Ya en el siglo XII, bajo el control de Doña Urraca, la Isla de Tambo fue cedida a la
orden benedictina del Monasterio de San Xoán de Poio. Y así se mantuvo al menos
durante 400 años, llegando al status de priorato bajo la advocación de Santa María de
Gracia.
Y entonces apareció por allí el pirata más famoso de las Rías Baixas: el infame Francis
Drake. La Isla de Tambo también sufrió por su culpa. En 1589, el asentamiento
benedictino fue arrasado, los monjes asesinados y la imagen de la Virgen arrojada al
mar y rescatada de forma “milagrosa” por unos marineros de Combarro.
Tras un segundo ataque ya a principios del siglo XVIII, también perpetrado por los
ingleses, la isla quedaría vacía hasta que fue adquirida por el político Montero Ríos en
la Desamortización de Mendizábal. Sus herederos se la vendieron al Ejército español
en el año 1943 y acabó gestionada por la Escuela Naval de Marín.
En aquella época y, durante varias décadas, la población civil ya no pudo entrar en la
isla a excepción de marineros y pescadores a través de gestionar permisos especiales.
La apertura de la Isla de Tambo
Hace muy poco tiempo que la Isla de Tambo está abierta a visitas. En el año 2022, el
Concello de Poio consiguió una cesión para gestionar la isla y que de esa forma
pudiese visitarse sin problemas.
Además, los vecinos de esa misma localidad y también los de Combarro hicieron una
petición a la Xunta de Galicia para incluirla dentro del Parque Nacional de Illas
Atlánticas, pero por el momento ha sido denegada.
¿Qué se puede ver en la Isla de Tambo?
La historia de la Isla de Tambo es fascinante, pero también puedes pasar un gran día
recorriéndola gracias a alguna de las visitas guiadas que se realizan en ella. Ten en
cuenta que en este momento y con el afán de preservarla lo mejor posible, ahora
mismo solo podrás pisar la isla si vas con un guía oficial y en alguno de los viajes
organizados que permiten un máximo de 200 visitantes por jornada.
El Faro de Tenlo Chico
Así es como se conoce al Faro de la Isla de Tambo al estar ubicado en la península de
Tenlo Chico. Se eleva hasta los 16 metros de altura y está construido encima de un
promontorio de otros 16 metros. Se le dotó de luz eléctrica en 1980, pero está en pie
desde 1922.
Las playas de la Isla de Tambo
Además de algunas pequeñas calas, existen dos arenales que ya se pueden considerar
playas dentro de la Isla de Tambo. La más grande es Area da Illa. Su aspecto de playa
virgen, de arena blanca y fina y aguas cristalinas, invita a tumbarse un rato a disfrutar.
La Playa de A Dreirá es mucho más pequeña y es la que queda al lado del Faro. El
acceso a ella se hace a través de un pequeño sendero natural que contribuye todavía
más a esa idea de arenales vírgenes. Además, como las visitas están muy limitadas,
podrás disfrutarlas sin aglomeraciones de ningún tipo.
Vestigios de la historia militar de la isla
Por supuesto, más allá de los restos de la Capilla de San Miguel o del Lazareto, en la
isla de Tambo destacan sus emplazamientos militares. Así podrás visitar la antigua
cantina, la residencia de los oficiales o un impactante polvorín subterráneo en el que
se almacenaban municiones y pólvora.
Visita en barco la Isla de Tambo con Pelegrín
Si quieres visitar la Isla de Tambo con un guía especialista, disfrutar de toda su historia
y recorrerla entera en un itinerario de más de dos kilómetros y medio en una visita de
tres horas, puedes hacerlo gracias a Cruceros Pelegrín.
Nuestro catamarán parte desde el puerto deportivo de Combarro. ¡Anímate y ven a
disfrutar de un patrimonio natural e histórico inigualable! Te esperamos.