Tratar de establecer cuál es la mejor temporada de mejillones en Galicia es una tarea
algo complicada. Si disfrutas de este maravilloso manjar que puede cocinarse y
prepararse de mil maneras diferentes, sabrás que es posible disfrutarlo prácticamente
durante todo el año.
Sin embargo, sí que existen algunos momentos clave y algunos matices que te
ayudarán a conocer cuándo están en su mejor momento en cuanto a textura,
carnosidad y sabor. ¿Quieres saber cuáles son? Pues sigue leyendo porque te damos
todas las claves para que te conviertas en un experto.
¿Cuál es la mejor temporada de mejillones?
El mejillón es uno de los moluscos más populares y más consumidos en todo el mundo.
Además de en las rías gallegas, está considerado como uno de los ingredientes
fundamentales en otros países e incluso en Bélgica tiene la categoría de plato nacional.
Aquí, en nuestro país, si nos fijamos en estadísticas del año 2022, se llegó a un
consumo de algo más de 750 gramos por cabeza, una cifra que demuestra que no solo
está presente en nuestra dieta, sino que ocupa un lugar muy relevante dentro de ella.
Y no es para nada extraño, ya que los beneficios que obtenemos con su ingesta son
múltiples y variados: nos proporcionan un buen índice de grasas saludables como el
omega 3, favorecen nuestro sistema inmune, ayudan a combatir la depresión y
contribuyen a una mejor reparación de tejidos, entre otros.
Todo ello sumado al considerable aporte nutricional en forma de grandes niveles de
calcio, potasio, hierro, magnesio o yodo.
En definitiva, un producto tremendamente económico que además supone un acierto
por todo lo que nos aporta y que encima nos permite una infinidad de preparaciones
diferentes capaces de deleitar los paladares más exigentes.
Pero, ¿cuál es exactamente la temporada de mejillones? Pues la realidad es que no
existe un único momento a lo largo del año, hay más de uno. Sin embargo, entre
mediados de junio y hasta septiembre, es cuando podremos encontrarlos en su mejor
momento de jugosidad, con una carne de mayor tamaño y en su punto más idóneo
para el consumo.
Será en ese momento cuando más podrás disfrutarlos ya sea en un restaurante o si te
acercas a cualquier pescadería para prepararlos en casa.
Pequeñas recomendaciones si vas a comprar mejillones
Si vas a comprar en plena temporada de mejillones deberías tener en cuenta algunos
pequeños consejos que te permitirán que lleguen hasta la mesa sin perder ni un ápice
de todo su maravilloso sabor:
1 Asegúrate de que siguen manteniendo la concha cerrada. Esto significa que
todavía están vivos y mantienen algo de agua del mar en su interior.
2 Envuélvelos. En cuanto llegues a casa colócalos dentro de un paño húmedo.
Frío, pero no demasiado. Mantenlos refrigerados hasta el momento de
cocinarlos, pero no demasiado, una temperatura excesivamente baja no les
sienta bien.
3 No tardes más de dos días en consumirlos. Recuerda que son un producto
fresco y a partir de las 48 horas podrían estropearse.
4 Desecha los que no se abran durante la preparación. Si al cocinarlos queda
alguno con la concha todavía cerrada, es mejor que evites comértelo porque
podría estar en malas condiciones.
¿Por qué es tan especial el mejillón gallego?
El mejillón es el molusco bivalvo más emblemático de Galicia. Forma parte de la familia
Mytilidae y la especie que podemos disfrutar en nuestras costas es la Mytilus
galloprovincialis a pesar de que durante muchos años se consideró que era la Mytilus
edulis.
Fue a partir de la década de los ochenta cuando se determinó la especie correcta. Las
diferencias entre una y otra son apenas imperceptibles para ojos inexpertos y se
encuentran fundamentalmente en la forma de la concha y el color del manto.
Sin embargo, sí que existe un elemento que convierte en realmente especial al
mejillón gallego y tiene que ver con la riqueza del agua en la que se cultiva. El gran
índice de fitoplancton que existe en las rías gallegas lo convierten en uno de los
ecosistemas más ricos y de mayor diversidad biológica del planeta y así lo considera
nada menos que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO).
Esto incide directamente sobre el mejillón gallego, que se nutre de toda esa riqueza,
permitiendo que llegue a alcanzar su óptimo tamaño comercial, es decir, entre 70 y
95 milímetros, en tan solo 17 meses, un tiempo que es entre 2 y 6 veces inferior al de
otras zonas productoras.
Así, el ciclo de producción no solo es rápido, sino que además permanece activo a lo
largo de todo el año, haciendo que no podamos hablar de forma tan concreta de una
única temporada de mejillones, sino más bien de momentos algo más propicios para
su consumo, sin olvidarnos de que serán un producto maravilloso en cualquier
momento.
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